Si algo le gusta a este proyecto son las fugacidades literarias, esas brevedades que durante instantes nos transportan a otros mundos con la misma intensidad que una buena novela.
Los microrrelatos son buen ejemplo de esto. Sin embargo, lejos de lo que en apariencia pueda parecer, el microrrelato, así como otras fugacidades, no son pieza fácil de tocar, o no al menos de buenas maneras. Puede resultar, y resulta, en un reto interesante para todo escritor y, por qué no, un ejercicio mental positivo para no oxidar nuestra caja de letras durante un estancamiento creativo.
El buen escritor debe tener muy claro lo que debe contar antes de enfrentarse a este estilo de textos, ya que posee escasas líneas para narrarlo, no podemos enredarnos entre las ramas de la retórica sin saber que cada una de esas líneas cuenta de forma vital en el cuerpo final de nuestra pequeña obra.
Todo el proceso de apertura, desarrollo y desenlace de la historia se sucede en un espacio muy reducido en comparación con una narración más extensa, dejando al escritor con la necesidad de vigilar constantemente la precisión de las palabras, la idea central del argumento, la fluidez, la intensidad del "broche final"de nuestra historia, etc.
Pero, además de las pequeñas complicaciones que puedan surgir durante su creación, el microrrelato también nos ofrece todo un universo de posibilidades. Permite al artista cabalgar entre varios géneros a la vez, desde el ensayo a la prosa poética; nos ofrece la tentación maravillosa de jugar impunemente con las palabras, con los dichos populares y los clichés más relamidos dejando una huella distinta en ellos; experimentar fácilmente con los formatos más ilógicos que puedas imaginar, como es el caso de la creación literaria (en muchas ocasiones satírica) a partir de anuncios clasificados como los que encontramos en cualquier página de alquileres, ventas, trueques y similares, esquelas y epitafios para los amantes del humor negro o del viejo romanticismo melancólico, y mil y una alternativas más que puedan pasar por nuestra cabeza...
¿Te animas a escribirme un microrrelato? Responde a este post con tus ideas y tu literatura, ¡comparte tus dudas y tu arte!
Corina Morera
'La Puerta Perdida'
'El Diván del Escritor'
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